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María Magdalena es uno de los personajes peor tratados por la historia, que siempre escrita por hombres, la consideró como una prostituta arrepentida cuando no inventando truculentas historias de relación carnal con Jesús. La propia Iglesia así nos la ha presentando durante siglos, probablemente por su falta de valentía en reconocer el papel trascendental de su figura a la que muchos teólogos no dudan en calificar como Apóstola de los Apóstoles. Siguió a Jesús de modo radical y hasta sus últimas consecuencias, ni huyó, ni se escondió, ni lo negó, y éste la premió con ser a ella el primer ser humano que pudo contemplarlo inmediatamente después de su Resurrección. Vaya ejemplo nos da aquí Cristo, nos ensalza a la mujer igual que al hombre, la pone a su altura porque así la creó. En este día de Santa María Magdalena estamos obligados, a ejemplo de su valentía, a perseguir y denunciar con todas nuestras fuerzas a las bestias que con el uso de su fuerza apagan la voz y la dignidad de la mujer con maltrato, violación, vejación, explotación, con la práctica de la ablación, marginación... seguramente porque no soportan que son más inteligentes que ellos, es el mejor homenaje que podemos ofrecer a la primera y más importante discípula de Cristo, representada de modo tan sublime en el misterio del traslado al sepulcro del Santísimo Cristo de la Caridad, enjugando los pies del maestro.
Podrán ver la galería de Santa María Magdalena pinchando sobre esta imagen.
María Magdalena es uno de los personajes peor tratados por la historia, que siempre escrita por hombres, la consideró como una prostituta arrepentida cuando no inventando truculentas historias de relación carnal con Jesús. La propia Iglesia así nos la ha presentando durante siglos, probablemente por su falta de valentía en reconocer el papel trascendental de su figura a la que muchos teólogos no dudan en calificar como Apóstola de los Apóstoles. Siguió a Jesús de modo radical y hasta sus últimas consecuencias, ni huyó, ni se escondió, ni lo negó, y éste la premió con ser a ella el primer ser humano que pudo contemplarlo inmediatamente después de su Resurrección. Vaya ejemplo nos da aquí Cristo, nos ensalza a la mujer igual que al hombre, la pone a su altura porque así la creó. En este día de Santa María Magdalena estamos obligados, a ejemplo de su valentía, a perseguir y denunciar con todas nuestras fuerzas a las bestias que con el uso de su fuerza apagan la voz y la dignidad de la mujer con maltrato, violación, vejación, explotación, con la práctica de la ablación, marginación... seguramente porque no soportan que son más inteligentes que ellos, es el mejor homenaje que podemos ofrecer a la primera y más importante discípula de Cristo, representada de modo tan sublime en el misterio del traslado al sepulcro del Santísimo Cristo de la Caridad, enjugando los pies del maestro.
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