-
Estás tan cerca y casi no podemos verte, pero sentimos tu hospitalidad, tu cariño y ternura, tus constantes atenciones, tus desvelos, los anónimos sacrificios, las privaciones, el servicio sin medida... aunque todavía no han sido repartidos. Pero no importa, tú no tienes dueño y te sentimos en silencio sin que ellos lo sepan. No necesitamos rezarte frente a frente, porque cuando cerramos los ojos te vemos, que desde el corazón se ve a veces más claro que desde los ojos. Tampoco te esperábamos, porque nosotros sabíamos que tú ya estabas, y hoy sin embargo, y como siempre, nos atenderás de nuevo a todos, aunque cada uno ocupe un sitio diferente.
al tío de Marta: todavía no le han dejado descubrir su belleza, mas dentro de una hornacina empezó a conocerla.
0 comentarios:
Publicar un comentario