Tenemos el recuerdo del paso de las Angustias en la meseta de la lonja del Hospital de Santiago y sus salidas heróicas bajo la lluvia a las cinco de la tarde, ya desde el Claro de san Isidoro. Nos acordamos todavía cuando las acompasadas capas crucíferas brillaban a la luz del sol que se deslizaba por la Corredera abajo, y de algunos redoblantes ilustres que tuvo cuando la banda era la banda, yo no vi a Salas repiquetear en el Rastro rodeado de niños, pero me lo han contado y sentimos el orgullo propio de la sangre de sobrino. De la corona a las tenazas y del martillo a los clavos, de Moñoloco a Duarte, pasando por Ordóñez o el hermano Fausto, que regalaba las estampas de cada fiesta y salía siempre en la presidencia; aquellas Semanas Santas tenían color, olor y sabor, nadie se quejaba por el cansancio, ni por la proximidad de la General y había, quien vestido de azul y cargando algún instrumento, salía en todas. Ahora que va detrás del expirante y que se recoge cuando antes empezaba, dicen que ha ganado enteros, nosotros hemos perdido en esencia.
Pulsando sobre la imagen podrán contemplar la Pietá que mas ha hecho llorar al Viernes Santo Ubetense.
A mi tío juan salas muela, redoblante inimitable de eterna muñeca.
0 comentarios:
Publicar un comentario