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Con morado escapulario dimos nuestros primeros pasos y en los fríos de enero curtimos nuestra oración. Hoy a su Fiesta Principal, a la que antaño acudimos de la mano de nuestro abuelo, volveremos de la mano de nuestra hija. En el último día de la Novena le habrán impuesto la medalla, pasaporte seguro para amanecer en su primera madrugada morada el próximo Viernes Santo. No hay camino más seguro ni mejor que el de siempre, a veces los atajos resultan tan falsos como cortos, por eso nunca debemos renunciar a nuestras raíces, al final acabas siempre volviendo a ellas.
Pulsando sobre la imagen de Jesús podrán acceder a la galería.
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